Proyecto Eva_Lab
Des-componer para re-componer. Y volver a componer, una y otra vez. Quería hablar de mí, quería hablar del collage, de la vida como collage. Resultó así. La reivindicación es inevitable. Está dentro. ¿Reivindicar o no? Juego macabro. El catolicismo (cretino) y el patriarcado. Qué pesadez. ¿Lo digo o no lo digo? Da igual. Hubiera preferido hablar de árboles o de nubes o de casas prefabricadas. Des-componer para re-componer. Juego necesario: hablo de Eva por necesidad, porque está en lo hondo. Y por necesidad. Quería humor y salió así. No le vi la gracia. Rol: manosear esa palabra tan manoseada. Qué pesadez. Qué hastío. Qué necesario. Qué contradicción. Yo quería hablar de árboles o de nubes o de casas prefabricadas. Buscar libertad y no poder elegir. Querer ser pájaro, ventana, gafas de sol, y no poder elegir, no querer elegir. Yo soy Eva. Una y otra vez. Re-componer para comprender.
Una y otra vez: el catolicismo (cretino), el patriarcado, los roles, la maternidad, lo que se espera de Eva, el objeto no el sujeto, depilado total o parcial, el tacón de aguja clavada, el omega 3, las manchas de tinta se quitan con leche, y el catolicismo (cretino), hogar caliente, la petite robe noire, la musa y la inspiración, el puré de verduras, esos días, los ellas son así, el sacarse partido, las tiene caídas, media jornada, y el catolicismo (cretino), y el patriarcado… Una y otra vez. Des-componer por no entender.
EVA_LAB es un laboratorio, una fábrica de órganos, un lugar de ensayo y error. Podría haberse llamado El laboratorio de dios. No era cool. En EVA_LAB hay paraísos y también infiernos, y muchas preguntas. De nada sirve. Yo quería hablar de árboles o de nubes o de casas prefabricadas. Yo quería hablar de mí. Solo quería hablar de mí. No pretendía reivindicar nada, ni ser la voz de todas las mujeres. Qué osadía. Yo soy Eva.
Sigo sin encontrar la metáfora justa. Lo único que he conseguido es unir algunos pedazos de realidad: re-componer para buscar otras realidades, para agrandar el mundo y yo crecer con él.
Y porque me lo pedía el cuerpo.